El Club Voleibol Sant Pere i Sant Pau escribe una nueva página de oro en su historia. El Senior Femenino ha logrado el ascenso a Primera Nacional después de una fase final disputada con una intensidad, un esfuerzo y una pasión que definen el espíritu de nuestro club.
El camino hasta aquí no fue fácil. En Manacor, el equipo debutó con una clara victoria por 3-0 ante el CV Sedaví, demostrando desde el primer momento su ambición y determinación. El segundo partido, ante el CV Manacor, fue una auténtica batalla que se decidió en el tie-break (2-3), con un quinto set de infarto (28-30) que confirmó la fortaleza mental de nuestras jugadoras.
El sábado, ante el Molina Vòley, nuestras chicas lucharon hasta el final en otro tie-break que se cayó del lado rival. Pese a la derrota (2-3), el equipo se clasificó para las semifinales, donde selló el ascenso a Primera Nacional con una victoria decisiva ante el Sant Just (3-1). Una semifinal que fue la culminación de una temporada llena de esfuerzo y superación.
Este objetivo no es sólo el resultado de una semana de competición, sino el reflejo de un año entero de trabajo constante, sacrificio y confianza en las propias posibilidades. Un ascenso que lleva la impronta de cada entrenamiento, de cada esfuerzo colectivo y de cada sueño compartido.
Mención especial para nuestro cuerpo técnico: Eduardo Sánchez, primer entrenador y Lorena Weber, segunda entrenadora. Han estado al frente del proyecto con rigor, proximidad y la pasión que caracteriza a este club, sabiendo sacar el máximo rendimiento al equipo y manteniendo la confianza intacta en los momentos más exigentes.
Y, por supuesto, un agradecimiento infinito a la afición. Su soporte ha sido un motor imparable, tanto en el pabellón como en la distancia. Ha sido el séptimo jugador en cada partido, y este ascenso también es suyo.
Con este ascenso a Primera Nacional, el Senior Femenino abre una nueva etapa cargada de ilusión y retos. El club sigue escribiendo historia y demostrando que, con esfuerzo y pasión, los sueños pueden hacerse realidad.
¡Felicidades, rojillas! Lo mejor aún está por venir.